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jueves, 19 de diciembre de 2013

La batalla de Cuito Cuanavale

Combatientes cubanos en Cuito Cuanavale, Angola, marzo de 1988

Thenjiwe Mtintso, embajadora de Sudáfrica en Cuba, en diciembre del 2005: “hoy Sudáfrica tiene muchos nuevos amigos. Ayer estos amigos se referían a nuestros líderes y a nuestros combatientes como terroristas y nos acosaban desde sus países a la vez que apoyaban a la Sudáfrica del Apartheid. Esos mismos amigos hoy quieren que nosotros denunciemos y aislemos a Cuba. Nuestra respuesta es muy simple, es la sangre de los mártires cubanos y no de estos amigos la que corre profundamente en la tierra africana y nutre el árbol de libertad en nuestra Patria”

La batalla de Cuito Cuanavale marcó el principio del fin del dominio de la minoría en el sur de África, el desmantelamiento del sistema de apartheid y la liberación total del continente de la ocupación europea. Un cuarto de siglo después de esta batalla crucial, Dennis Laumann explica su significado.

Este año se cumplió el 25 aniversario de un acontecimiento clave en la lucha por la liberación de África del dominio colonial: la batalla de Cuito Cuanavale. En ese remoto pueblo en el sur de Angola en marzo de 1988, el ejército de la Sudáfrica del apartheid fue derrotado por una alianza panafricanista que incluyó decenas de miles de voluntarios cubanos. Su victoria obligó a los gobernantes racistas de Sudáfrica a comenzar las negociaciones que llevaron al levantamiento de la proscripción de las organizaciones anti-apartheid, la liberación de Nelson Mandela, la independencia de Namibia, y en última instancia la libertad de Sudáfrica. Aunque las narraciones históricas prevalecientes sobre el fin del apartheid ignoran la importancia de esta batalla épica, su papel central fue destacado por el propio Nelson Mandela.

La batalla de Cuito Cuanavale fue la culminación de más de una década de guerra de Sudáfrica contra Angola. En los meses previos a la independencia de Angola de Portugal el 11 de noviembre de 1975, las Fuerzas de Defensa de Sudáfrica (SADF), con la ayuda encubierta de los Estados Unidos, invadieron Angola para impedir que el Movimiento Popular para la Liberación de Angola (MPLA) asumiera el poder. El régimen del apartheid se veía amenazado por la perspectiva de otra nación africana libre, y además con orientación socialista, en sus fronteras, ya que Sudáfrica ocupaba a la vecina África del Sudoeste (actual Namibia).

En ese momento, la Organización Popular de África Sudoccidental (SWAPO) libraba una lucha armada por la independencia de Namibia, mientras que en Sudáfrica, el movimiento anti-apartheid de masas mantenía al régimen a la defensiva. El gobierno de la minoría blanca de Sudáfrica se sentía sitiados, aunque algo envalentonado por el apoyo de Estados Unidos.

Observando de cerca los acontecimientos del otro lado del Atlántico, el gobierno de Cuba de manera unilateral (en otras palabras, sin el conocimiento de la Unión Soviética) decidió defender la soberanía de Angola, tal como solicitara a La Habana el liderazgo del MPLA. Mientras las SADF avanzaban por el interior de Angola hacia Luanda, la capital, Cuba lanzó la Operación Carlota, llamada así en honor de una mujer africana que encabezó una rebelión de esclavos en Cuba en el siglo 19. Miles de soldados cubanos, junto con equipos militares vitales fueron transportados en una flota improvisada de buques mercantes y aviones de pasajeros desde el Caribe hasta el África Central, revirtiendo los viajes de los barcos negreros que llevaron a los angoleños a la esclavitud en Cuba en los siglos anteriores. A fines de marzo de 1976, los combatientes aliados del MPLA y Cuba empujaron a las SADF fuera de Angola hacia el África del Sudoeste ocupada, una derrota sorprendente del régimen del apartheid y una inspiración para los jóvenes sudafricanos que lideraron el histórico levantamiento de Soweto en junio de ese mismo año.

Durante la próxima década, los gobernantes racistas sudafricanos intentaron desestabilizar a Angola, principalmente a través de su apoyo a UNITA (Unión Nacional para la Independencia Total de Angola). El ejército sudafricano y la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de los Estados Unidos armaron, entrenaron y coordinaron la campaña de terror de UNITA contra el pueblo angoleño. Cada vez que el ejército angoleño, con la asistencia de asesores soviéticos y cubanos, golpeó contra la UNITA, el SADF respondió con ataques aéreos e invasiones terrestres para proteger a sus mercenarios angoleños. Como resultado, dos provincias del sur de Angola fueron ocupadas efectivamente por el SADF, ampliando así el sistema del apartheid de África del Sur a través de África del Sudoeste hacia Angola.

En julio de 1987, el ejército de Angola avanzó sobre los campos de la UNITA en el sureste de Angola. A punto de ser aplastado, en octubre la UNITA fue rescatado por los sudafricanos, que atacaron desde sus bases en África del Sudoeste. La situación rápidamente se volvió crítica para los angoleños, que se retiraron a una posición defensiva en Cuito Cuanavale. Una vez más, Cuba respondió rápidamente al pedido de ayuda y reanudó las operaciones de combate directo en Angola, con el envío de decenas de miles de voluntarios y sus mejores al sur de Angola. La batalla enfrentó a los ejércitos de Angola, Cuba y la SWAPO, con apoyo de inteligencia de miembros del ANC sudafricano, el partido de Nelson Mandela, contra las fuerzas de Sudáfrica y la UNITA, apoyadas por Estados Unidos.

El SADF intentó varias veces capturar Cuito Cuanavale a principios de 1988, pero fue repelido con éxito. Mientras que la batalla continuaba, Las fuerzas aliadas cubanas, angoleñas y namibias, con superioridad aérea aseugurada por sus MiG-23, lanzaron una contraofensiva hacia el oeste, avanzando en Namibia, liberando las provincias ocupadas del sur de Angola, y obligando a la SADF al retirarse. Sin haber podido tomar Cuito Cuanavale, perdiendo el territorio angoleño que ocupaban, sufriendo grandes pérdidas y con creciente oposicion a la guerra entre la minoría blanca en Sudáfrica, el SADF, anunció su retirada de Angola en abril de 1988.

Al mes siguiente, el régimen del apartheid acordó iniciar negociaciones que continuaron por un año, con Angola y Cuba en un lado de la mesa y Sudáfrica y Estados Unidos por el otro. El resto, como se dice, es historia conocida: el ANC, junto con su principal aliado, el Partido Comunista Sudafricano (SACP) fueron desproscriptos el 2 de febrero de 1990; Mandela fue liberado de prisión el 9 de febrero y Namibia recuperó su independencia el 21 de marzo.

Mientras que el régimen del apartheid trató de presentar su derrota en Angola como una retirada táctica, o incluso una victoria, la prensa de Sudárica y Estados Unidos describió la batalla de Cuito Cuanavale como una victoria de la alianza cubano-namibiana-angoleña. Más recientemente, los ex comandantes de la SADF han reconocido que sufrieron una derrota humillante y destacaron la brillante conducción de Fidel Castro, quien dirigió a sus tropas desde una sala de mando a través del océano en Cuba. Los opositores al régimen del apartheid, nunca tuvieron dudas sobre quién ganó la batalla. Como dijo recientemente el ex-ministro de Inteligencia del gobierno de Mandela, Ronnie Kasrils, ‘…la evaluación [de la batalla de Cuito Cuanavale] es su resultado, que fue el fin del apartheid “.

Significado

Cuito Cuanavale fue el enfrentamiento militar más grande en territorio africano desde las batallas de la Segunda Guerra Mundial entre los aliados y el Eje en el Norte de África y marcó el principio del fin de la dominación de la minoría blanca en el sur de África, el desmantelamiento del sistema de apartheid, y la liberación total de África de la ocupación europea. En Cuito Canavale se rompió el mito de la supremacía blanca que fue la base ideológica del régimen del apartheid y de la totalidad del proyecto colonial europeo. Fue una profunda demostración de panafricanismo, lo que los académicos llaman últimamente “diáspora inversa”, ya que más de 50 000 cubanos regresaron a la tierra de sus ancestros para librar al continente de la dominación racista.

En un discurso ante decenas de miles de personas en la ciudad cubana de Matanzas en julio de 1991, Nelson Mandela elogió la contribución de Cuba a la liberación africana, declarando:

“Durante mucho tiempo hemos querido visitar su país y expresar los muchos sentimientos que tenemos acerca de la revolución cubana, sobre el papel de Cuba en África, el sur de África y el mundo. El pueblo cubano tienen un lugar especial en los corazones de la gente de África. Los internacionalistas cubanos han hecho una contribución a la independencia africana, la libertad y la justicia, sin precedentes por sus principios y desinterés… Su aplastante derrota del ejército racista en Cuito Cuanavale fue una victoria para toda África! ”

Hoy en día, los visitantes de Parque de la Libertad en Pretoria ven en la lista de los mártires antiapartheid los nombres de los más de dos mil cubanos que perdieron la vida en Angola.

Dennis Laumann es profesor asociado de Historia de África en la Universidad de Memphis, en los EE.UU. y autor de Colonial África, 1884-1994 (Oxford University Press, 2013). Este artículo fue publicado, en inglés por “African Agenda” (Vol. 16, No. 2).