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lunes, 16 de agosto de 2010

Las ONG, brazo de la diplomacia imperialista

Hace años que se sospechaba que, bajo la cobertura de la acción humanitaria, muchas ONG realizaban tareas de espionaje para la preparar intervenciones militares. Bajo su falsa cobertura humanitaria, las ONG siempre han sido un instrumento de penetración del imperialismo, deliberada o inconscientemente. Aunque muchos de sus miembros se vuelcan de manera desinteresada y altruista, las ONG no responden a su nombre: están muy lejos de ser no gubernamentales. Con el tiempo esta tendencia se ha intensificado. Las ONG trabajaban antes a cierta distancia de las instancias gubernamentales pero, con el tiempo, esa relación se ha hecho más estrecha, asfixiante. Los gobiernos ejercen actualmente un control absoluto sobre los programas que financian, lo que abre la vía a su manipulación creciente. Como consecuencia de ello, las ONG dependen cada vez más de sus fuentes de financiación y, si alguna vez la tuvieron, ahora han perdido toda su independencia.
Conforme a las teorías de Gene Sharp, desarrolladas en el seno de la Albert Einstein Institution, Estados Unidos elaboró desde el final de la guerra fría una nueva doctrina de golpes de Estado dulces mediante la utilización de técnicas no violentas. Inspirándose en el pacifismo, Washington trata desde hace unos diez años de derrocar los gobiernos que no le gustan mediante un dispositivo que le garantice el apoyo de la opinión pública internacional.

En el centro de la nueva doctrina, las ONG, popularizadas por los medios de difusión, juegan un papel esencial y se han transformado en caballos de Troya del departamento de acción de la CIA. Asociaciones teóricamente independientes y con reputación de humanitarias, están ya abiertamente incorporadas a la estrategia imperialista. El hecho de que la mayor parte de ellas estén financiadas con fondos públicos no es nuevo. Hace tiempo que las agencias gubernamentales de ayuda tienen como objetivo subvencionar organizaciones seudohumanitarias especializadas en acción clandestina. Numerosas ONG aceptan fondos provenientes del Open Society Institute de George Soros a pesar de que los lazos de éste con la diplomacia subterránea estadounidense son bien conocidos. Por sí misma, esa financiación pone en tela de juicio la definición de lo que debe ser una ONG...

Antes Estados Unidos financiaba grupos políticos, sindicatos, movimientos paramilitares y escuadrones de la muerte. Luego su política exterior abandonó la teoría de la seguridad nacional que frecuentemente implicaba alianzas y apoyo a regímenes fascistas y militaristas, y viraba hacia la promoción de la democracia. En este contexto se creó en 1983 el NED (National Endowment for Democracy, Fondo Nacional para la Democracia), junto a una serie de otras fundaciones, centros de investigación y ONG, los cuales recibieron fondos del Congreso y el mandato de promover la democracia como una nueva y más efectiva manera de sostener su política imperialista.

Esta estrategia no busca estabilizar sistemas oligárquicos basados en reducidas élites locales de dirección, sino penetrar en la sociedad civil y desde ese lugar asegurarse el control sobre los movimientos de masas basándose en organizaciones aparentemente cívicas, no partidistas y apolíticas. Las ONG son una pieza fundamental de esa penetración social.

Con la llegada de Bush al poder en enero de 2001, las ONG fueron integradas en el aparato estadounidense de injerencia. La idea se fue imponiendo, primero en algunos centros de divulgación de ideas y luego en el seno de la USAID (United States Agency for International Developpment, Agencia para el Desarrollo Internacional). Fundada por Kennedy en 1961, esta agencia gubernamental depende del Departamento de Estado y se financia con fondos públicos. Su actividad consiste en redistribuir esos fondos en los países que Washington desea ayudar, sobre todo a través de ONG.

La llegada al poder de Bush en enero de 2001 no podía dejar de tener consecuencias para un organismo ligado a la política exterior estadounidense. Sobre todo si se tiene en cuenta que el director de la agencia, Andrew S. Natsios, estaba muy relacionado con el nuevo equipo de Bush. Adepto de los sectores más reaccionarios e imperialistas, Natsios fue uno de los que dirigió en 1980 la campaña electoral de Bush, quien lo nombró en 1988 para el Buró de Ayuda a las Catástrofes en el Extranjero, antes de que Natsios se sumara en 1992 a la asociación caritativa cristiana WorldVision.

En septiembre de 2001 se crearon varias organizaciones especializadas en supervisar elecciones: el European Network of Election Monitoring Organizations. La enumeración de sus socios -entre otros, la OSCE, el National Democratic Institute y el Open Society Institute- es suficiente para tener una idea de los intereses que defienden. En ese dispositivo, el papel de catalizador corresponde a las ONG.

La nueva estrategia de seguridad para Estados Unidos publicada por la Casa Blanca en setiembre de 2002 supuso un cierto cambio en su política exterior. La línea del gobierno de Bush consiste garantizar su propia seguridad imponiendo regímenes democráticos en los países enemigos.

A consecuencia de esa directiva, la USAID modificó su relación con las ONG para integrarlas en el aparato de injerencia articulado alrededor de la CIA. Así lo revela un informe publicado por la agencia en enero de 2003, en pleno período de preparación de la agresión a Irak. El informe detalla los planes del Departamento de Estado para utilizar a las ONG. Bajo el título Ayuda internacional en nombre del interés nacional: promover la libertad, la seguridad y la oportunidad, el informe enumera las nuevas prioridades de la USAID. Abiertamente la agencia no financia ya programas con el fin de aliviar la miseria humana sino que se dedicará más bien a estimular reformas democráticas.

La USAID planeó establecer recompensas mediante la financiación de proyectos de desarrollo en los regímenes amigos, mientras que los países hostiles serían el objetivo de los programas de reforma aplicadas por las ONG. La agencia explica cómo manipular las ONG para propiciar golpes de Estado: Es posible aportar ayuda a los reformadores que permitirán identificar a los ganadores y perdedores más importantes, desarrollar la construcción de coaliciones y de estrategias de movilización y elaborar campañas de relaciones públicas [...] Ese tipo de ayuda puede representar una inversión para el futuro, cuando un cambio político otorgue el verdadero poder a los reformadores.

El primer caso de intervención estadounidense en el marco de su nueva política es el movimiento de democratización en Filipinas que culminó con la elección de Corazón Cory Aquino en 1986. Unos meses antes de las elecciones, el agente estadounidense Philip Kaplan convenció a la dividida oposición a Marcos de la necesidad de unirse y seleccionó a Cory Aquino como la candidata de la oposición. Estados Unidos intervino con éxito para encumbrar a un supuesto movimiento democratizador que demandaba el final de la dictadura de Marcos.

El caso siguiente sucedió cuatro años más tarde con el triunfo de Violeta Chamorro frente a los sandinistas en las elecciones nicaragüenses de 1990. La teoría de la promoción de la democracia de Estados Unidos era todavía joven a mediados de los 80, pero en los 90 en Nicaragua la fórmula ya había madurado. Allí Estados Unidos había financiado al terrorismo en contra del gobierno sandinista durante toda una década, destruyendo la economía y manteniendo el espectro de una continua agresión contra el pueblo. Christopher Sabatini, encargado de programas para América Latina del NED, reconoció que financiaron las elecciones que llevaron a la derrota a los sandinistas en Nicaragua en 1989. Unos meses antes de las elecciones, Estados Unidos, por medio de una compleja red formada por el gobierno, las ONG y el sector privado, unió a la fracturada oposición antisandinista, según el ex agente de la CIA Philip Agee, gracias a los sobornos. Crearon una alianza política, un movimiento civil y un amplio frente integrado por diversas asociaciones. Primero la CIA y la NED formaron la Coordinadora Democrática Nicaragüense y luego una Vía Cívica que integraba a todos loa antisandinistas. La tarea de Vía Cívica era la educación y la movilización políticas, supuestamente neutrales y no partidistas. En realidad todas sus actividades estaban diseñadas para fortalecer a los antisandinistas.

Una vez que Estados Unidos se aseguró un candidato para la oposición unificada en la persona de Violeta Chamorro, organizó una serie de reseñas fotográficas para las portadas de los periódicos de más tirada y los noticiarios de la televisión: Chamorro con Bush, Chamorro con Thatcher, Chamorro con el Papa...

Así es como Estados Unidos fabrica un candidato para ganar una elecciones y, si las pierde, como en Georgia (2003), Ucrania (2004) o Kirguisistán (2005), entonces habla de fraude. Está naciendo una nueva forma de ingerencia imperialista. Mediante la utilización de elementos de la sociedad civil, las ONG tienen como objetivo sembrar dudas sobre los procesos electorales y organizar campañas de propaganda para repudiar a los dirigentes que Washington quiere eliminar.

El mundo vive hoy al ritmo de la CNN. Lo que importa no es la realidad de una revolución o de un golpe de Estado sino la imagen que se da del hecho. Por eso que ciertas ONG están siendo llamadas no solamente a informar sino a intervenir directamente en el seno de los regímenes políticos de sus propios países como verdaderos caballos de Troya de la CIA.

Tomado de Antorcha (censurada revista digital del PCE (r))