Hace 70 años la prensa española saludaba con júbilo la, según los periodistas de entonces, inminente caída de Leningrado a manos de tropas alemanas y finlandesas. Hoy hacen lo mismo con la caída de Trípoli o con la de cualquier otra población que se oponga a los designios del fascismo. Esta celebración por todo lo alto del asedio y bombardeo de una población inocente entra dentro de lo previsible, desde luego y no produce mucho más asco que ése al que por desgracia nos ha acostumbrado la maldad humana a lo largo de la Historia. Lo que sigue sin poder digerirse bien es la infamia con la que los propagandistas fascistas de entonces y los de ahora llegan a retorcer los hechos para hacer de las víctimas verdugos y de los asesinos liberadores. No hace falta que cite aquí ninguno de esos centenares de artículos de aguerridos reporteros y/o sesudos analistas que toda la prensa, desde Gara hasta La Razón, ha venido empleando para hacer pasar la invasión injustificada a Libia por una guerra de liberación popular. De sobra estamos inundados de ellos. Lo que sí quisiera hacer es citar pasajes muy significativos aparecidos el 7 de Septiembre de 1941 en La Vanguardia. Un periódico que, tantos años después, utiliza técnicas muy similares de propaganda a favor, cómo no, siempre de "los buenos" de la película. Veamos un fragmento del "editorial"...
Sería anticiparnos a los hechos ya en ciernes el elevar un canto de liberación a la angustiada ciudad, cuya arteria vital que la unía a Moscú se ha cortado, y en la que el bronco cañoneo ya se deja oír. Las narraciones servidas por los afortunados que han logrado evadirse de la plaza sitiada nos presentan un cuadro de horror, de miseria y de hambre. La angustiada población civil que se hacina en los refugios, mientras crepita el fuego de los incendios. Para quienes han conocido los horrores de la brutal imposición bolchevique en la carne lacerada de las ciudades españolas, estas informaciones han de causar, por analogía, punzada dolorosa, despertando sentimientos de conmiseración hacia el pobre pueblo, que hoy purga su pecado de mansa esclavitud.
En la columna contigua, aparece un reporte de la agencia EFE. Será bueno recordar que en aquel 1941 EFE acababa de ser creada por Ramón Serrano Suñer, el amigo de Heinrich Himmler, y Manuel Aznar, el abuelo de nuestro Josemari. EFE es la agencia que sigue hoy suministrándonos noticias sobre Libia y lo que haga falta. Veamos qué nos decían los reporteros de EFE de hace 70 años (me permito subrayar las frases impagables, sobre todo para que el lector mentalmente las compare con las frases igualmente impagables de las crónicas desde Libia de nuestros bravos freelancers.)
ESTAMPAS DE HORROR
Helsinki, 6 (S.E.T.) — Varias personas civiles que han logrado evadirse de San Petersburgo hacen relatos coincidentes sobre la situación en aquella capital. Toda la población de los alrededores ha sido concentrada por los militares en la ciudad. Se han cometido toda clase de violencias al arrastrar a las familias a los lugares designados por los comisarios políticos. Los sótanos están abarrotados de mujeres y niños que llevan muchos días hacinados faltándoles no sólo los víveres sino también el agua. También decenas de millares de hombres incapacitados para coger las armas, a quienes los rojos obligan a trabajar, deambulan llenos de harapos sin haber comido en muchas horas y duermen a la intemperie. Se ven también muchas mujeres que corren alocadas buscando a sus hijos o parientes. Un ferroviario que el día 4 salió de San Petersburgo dice que en la ciudad domina el caos más absoluto. Han perecido gran número de personas a quienes se obligó a recorrer a pie las largas distancias para concentrar a las poblaciones próximas a San Petersburgo e impedir que se dificulten las operaciones militares. No se encuentran víveres y las escasas provisiones están en poder de los militares. Mueren millares de personas todos los días de toda clase de enfermedades y epidemias, que hacen estragos entre la población, principalmente en los niños. Para combatir el pánico, que ante la indescriptible miseria adquiere de hora en hora mayor incremento, se ha publicado estos días una orden de Vorochilof indicando qué toda la ciudad de San Petersburgo será volada en caso de que hayade rendirse. Se trata de formar secciones de defensa entre las mujeres aptas para llevar armas. Las noches son horrendas. Arden gran número de edificios cuyos resplandores penetran hasta los sótanos. Cuantos se han atrevido —hombres ancianos o mujeres— a indicar la posibilidad de un repliegue o una rendición, han sido fusilados inmediatamente por orden de los comisarios políticos. Así, en las afueras de la ciudad a diario se encuentran millares de cadáveres de personas asesinadas por los bolcheviques.—EFE.
Es decir, que la culpa de todo lo que estaba pasando en Leningrado la tenían los malditos comunistas. Si morían miles de personas es por culpa de los bolcheviques. Las cien mil bombas que los nazis lanzaron sobre la ciudad y el corte de sus vías de suministros asegurado por los ejércitos 16º y 18º alemanes, la 4ª División Panzer y el ejército finlandés no tenían nada que ver. Ellos venían a ayudar a la población civil a liberarse de los comunistas.
Nuestros periódicos de siempre, nuestra agencia EFE de siempre y nuestros periodistas de siempre también nos han explicado muy bien que la culpa de la desgracia que se ha abatido sobre Libia la tiene el horrible sátrapa Gaddafi (no importa no tener ni idea de qué es un sátrapa, pero suena a moro malo y tirano.) Las 30.000 bombas sobre Libia y los millones gastados por Europa, EE.UU y el emir de Qatar para contratar mercenarios y armarlos no han tenido nada que ver. Ellos venían para liberar a toda esa pobre gente del sátrapa.
Ahora sabemos que el objetivo de Hitler era sitiar a la ciudad y dejarla morir de hambre y frío para no tener que mantener a sus tres millones de habitantes. También sabemos que los malos fueron los nazis, no los rusos. Era una cosa muy elemental, porque fueron los nazis los que llevaron a tres millones de soldados a invadir la URSS y la URSS solo intentó defenderse. Pero los periodistas de la época lograron que nuestros abuelos vieran del revés lo que a nosotros nos parece elemental. Quizá un día como hoy del 2081, nuestros nietos se sorprendan de que la gente del 2011 se tragara estas mentiras tan burdas, sobre un país próspero y tranquilo que fue arrasado y bombardeado por una coalición internacional para liberarlo de sus pérfidos gobernantes.
Sobre Lningrado... Fueron 900 días de infierno. Los malvados comisarios políticos a los que hacía referencia el artículo de EFE construyeron una vía sobre el lago Ladoga helado para evacuar a los ciudadanos. Los sitiadores mataban a los trabajadores que intentaban construir la vía y a los niños, ancianos y enfermos que trataban de escapar al sitio por el que fue llamada "El Camino de la Vida." A pesar de todo, más de un millón de personas fueron evacuadas. Los españoles podemos estar orgullosos de haber colaborado ayudando a los nazis en este sitio genocida en el que un millón de ciudadanos de Leningrado murieron. Nuestra División Azul, orgullo de muchos historiadores patrios, organizada por el mismo Serrano Suñer que fundó EFE (al igual que ese emir de Qatar que funda Al Jazeera y organiza mercenarios para invadir Libia).
Pero su abyección no quedó sin castigo. El 10 de Febrero el Ejército Rojo liberó a Leningrado del sitio en la batalla de Krasny Bor, en la que la escoria nazi y su comparsa hispana recibieron al menos parte de lo que se merecían.
Como dicen los de Nucleo Terco: División Azul, jódete.
Dizdira Zalakain