Sakashvili, el nuevo Adolf Hitler
“El reportaje especial” de la TV georgiana sobre la invasión de Georgia por tropas rusas y el asesinato de Saakashvili no es sino una nueva provocación informativa del régimen del presidente de Georgia. Es una confirmación más de que el objetivo de las autoridades de Tbilisi es hacer chocar a los pueblos hermanos, crear una tensión en la sociedad según la versión de 2008, cuya apoteosis fue la agresión de Georgia a la capital suroseta: Tsjinval. Así se comenta en Rusia la “obra de arte” del periodismo exhibida el sábado por el canal georgiano “Imedi”.
El programa de media hora sobre la intervención armada de Rusia con una vistosa descripción de bombardeos de aeropuertos y puertos marítimos de Georgia, la muerte del mandatario y la toma del poder por la oposición salió a la pantalla del canal de TV subyugado por las autoridades a la mejor hora vespertina. Para ser justos hemos de decir que al comienzo apareció como relámpago una advertencia de que era “un reportaje especial sobre un posible desarrollo de los acontecimientos”. Pero para la mayoría de los espectadores ésta pasó desapercibida y ellos recibieron lo visto como hechos reales. Es cierto que después la secretaria de prensa del presidente, desde los mismos estudios, explicó a los conciudadanos que lo que vieron no era sino una fantasía de periodistas. Pero los irreverentes ciudadanos no apreciaron la altura del pensamiento creador: los habitantes indignados de Tbilisi salieron a las calles para expresar su enfado con tamaña provocación. Hasta la fecha hay gente que se encuentra al borde del estado de shock, incluso los médicos registran casos de ataques cardíacos. Tal es el resultado de la exhibición de anoche...
Las autoridades de Tbilisi por supuesto pretenden desmarcarse de que estaban al tanto del programa que se cocinaba. No obstante, todo el mundo entiende que es una etapa más de la guerra informativa que trata de librar desde hace tiempo Saakashvili contra Rusia. Librarla según variantes que reiteradamente han sido manejadas por EEUU, cuyo fiel aliado es el líder georgiano, como ha declarado él mismo. Semejantes tecnologías de guerras informativas han sido utilizadas por Washington en Yugoslavia y en Irak: ello se muestra bien en la película hollywoodense “La cola mueve al perro”. También induce a pensar en esto el que la desinformación se haya puesto en la pantalla un día después de la reunión de la comisión Georgia-OTAN en Bruselas.
Tales provocaciones son necesarias a Saakashvili para sugerir una vez más a la gente: la patria está en peligro, opina Constantín Kosachev, jefe del comité de asuntos internacionales de la Duma de Estado.
Detrás de todo esto se oculta la esperanza de que las autoridades surosetas o rusas den un motivo para acusarles de intento de intromisión en los quehaceres de Georgia. No habrá nada de esto. Porque Rusia no se presta a semejantes provocaciones.
El representante permanente de Rusia ante la OTAN Dmitri Rogozin supone, por su parte, que el “soy sabatino” fue instrumentado para los protectores occidentales de Georgia. Sin embargó, está seguro de que estos quedarán muy perturbados por lo que montó “su marioneta caucasiana”. Los expertos creen que la comunidad mundial debería censurar sin falta este acto de Saakashvili sin precedente por su crueldad y cinismo. Moscú se dispone a centrar la atención de las organizaciones internacionales ante la nueva provocación de Tiblisi.