Autor: Lluís López
En el Panteón intencionado de una cierta izquierda, las figuras del Movimiento Negro más prominentes serian un Martin L. King, un Malcom X o poniéndose más “radicales” el movimiento de las Panteras Negras. Pero lo cierto es que esta operación de validación y conformación de un espectro representativo de lo “progre” en la cuestión afroamericana, coincide con un grado de aceptación icónica integrada hasta cierto punto en la estructuras de pensamiento dominante.
Esta operación de representación establecida no puede incluir en sus códigos de representación, a riesgo de subvertir el orden simbólico predominantemente anticomunista, opciones consecuentes con la plasmación material de una alternativa al capitalismo. Esa opción es rápidamente descalificada y condenada como dogmática o “estalinista” concepto totémico que consigue aglutinar por igual al liberal-fascista con el progre-izquierdista en un mismo espacio de asertividad pasiva.
Para poder constituir este espacio estable de representación sobre las luchas revolucionarias y los personajes que las materializaron, se ha de conculcar su ejemplo silenciándolo. Esto explicaría que figuras como Harry Haywood hayan acabado en el más terrible olvido. Relegada al fondo, a los pies de página en las reseñas sobre comunistas negros en Estados Unidos. Frente a una historia del movimiento negro con líderes ya canonizados, el compromiso militante en el comunismo revolucionario de Haywood lo convierten en un elemento inasimilable.
En este sentido la figura de Harry Haywood continúa siendo por igual controvertida y polémica y por tanto necesariamente reivindicable por aquellos que quieran reconstituir, sobre unas bases inteligibles aquello que se vino llamando Movimiento Comunista. Haywood merece ocupar un puesto destacado en la historia del Movimiento Comunista no sólo por esta faceta digamos contra cultural (en el sentido de la interpretación actualmente dominante), sino por su carácter imprescindible para poder trazar un hilo de continuidad en la historia del Movimiento Negro de Liberación en los Estados Unidos de América.
Para los que aún no lo conozcan (intencionadamente o no) Haywood fue y es una de las figuras más relevantes del Movimiento Negro del siglo XX. Hijo de esclavos sufrió desde temprana edad el racismo en sus propias carnes, participó en la I Guerra Mundial, fue estudiante en el Instituto Lenin Internacional, brigadista en la Guerra Civil Española y miembro de la dirección del Partido Comunista de los Estados Unidos hasta los años 50. Tras ser expulsado del mismo, por sus críticas a las tesis revisionistas del XX Congreso del PCUS, se convirtió en fundador del llamado Nuevo Movimiento Comunista en Norteamérica.
Teórico del nacionalismo negro popularizó el concepto del derecho a la autodeterminación de los negros dentro de los Estados Unidos que luego adoptarían movimientos políticos del nuevo Movimiento de Liberación Negro de los años 60 y 70 del siglo XX, convirtiéndose así en una figura clave para entender la historia del movimiento revolucionario en los Estados Unidos de América.
Haywood nació en 1898 en Omaha (Nebraska) en el seno de una familia de ex-esclavos aparceros sin más educación que la que habían podido proporcionarse ellos mismos. Víctima con su familia de la violencia racista tienen que huir trasladándose a Minneapolis. Allá pudo completar sus estudios primarios en escuelas donde los prejuicios racistas eran el pan de cada día. Acabada la escuela elemental, se embarca en variedad de diferentes trabajos que le permiten conocer la dura realidad del proletariado, más en concreto del proletariado negro, en los EUA.
Joven idealista y con ganas de conocer el mundo decide alistarse en la Guardia Nacional, en el mítico Octavo Regimiento. Una unidad racialmente segregada con soldados y oficiales de bajo rango exclusivamente negros. Con 19 años su regimiento es llamado a participar en la I Guerra Mundial en Europa, donde su unidad es destacada seis meses en el frente Este de Francia.
El intento de trasplantar la política de segregación racial al extranjero fracasa en Francia donde las tropas de color son vistas también como luchadoras de la causa común francesa. Haywood regresa a su país imbuido de la relativa libertad y tolerancia racial que había conocido en Europa y la compara con la dura realidad de la sociedad segregacionista norteamericana, con sus leyes racistas (Leyes Jim Crow) y su sistema de explotación y segregación de la población de color.
En el momento de su regreso a los EUA, las tensiones raciales van en aumento. La situación estalla en el verano de 1919, cuando una horda blanca asesina a un muchacho de color que se había bañado en el lago Michigan en una zona reservada para blancos. El progrom racial se extiende a la ciudad y durante seis días los afroamericanos son perseguidos y asesinados y sus propiedades destruidas.
Estos disturbios serán conocidos como los del “Verano Rojo” por la sangre de las víctimas. Ante la pasividad de las autoridades Haywood organiza junto a un grupo de veteranos de la guerra, patrullas de autoprotección armadas para defenderse de los ataques. Este hecho, el hombre negro en armas por su supervivencia y dignidad, marcará un punto de inflexión en su vida (p.83.black bolshevik). Para Haywood será la demostración en la práctica, de la posibilidad del hombre negro de poder rebelarse contra el racismo y contra el sistema de opresión que lo hacía posible.
Buscando una salida a sus nuevas inquietudes entra en contacto con la African Blood Brotherhood (Hermandad de Sangre Africana) una organización socialista de liberación negra, con lazos con el Partido Comunista y que practica la propaganda armada. Dirigida por el periodista Cyril Briggs, un negro caribeño nacido en la Isla Nieves en las Antillas, fundador del The Crusader (el Cruzado), tiene sus primeros activistas entre jóvenes de Harlem el barrio negro de Nueva York.
En un primer momento la organización funciona de manera independiente y tiene un cierto crecimiento, buscando conectarse con las corrientes revolucionarias del momento, en 1921 se sitúa en la órbita del Partido Comunista y se convierte en u vehículo de penetración de la ideas comunistas entre el proletariado de color.
Haywood toma contacto con esta organización y a través de ella con las ideas comunistas y el PC. En 1925 se hace miembro del Partido y ese mismo año es escogido para ir a estudiar a la Escuela Internacional Lenin en Moscú. Estuvo durante cuatro años y medio en la Unión Soviética y contribuyó al establecimiento de la mayoría de las resoluciones de la Comintern sobre la cuestión de los negros en América.
Será en la Unión Soviética donde Haywood se convertirá en uno de los teóricos más prominentes sobre la cuestión negra asentando sus tesis sobre el nacionalismo negro. A la vez reafirmará su rol como líder comunista de color en la Comintern, organismo de la revolución mundial y la unidad del proletariado internacional con los pueblos colonizados y nacionalmente oprimidos.
Fruto de esta labor de concienciación sobre el problema de los afroamericanos en los EUA, la Comintern emite en 1928 una trascendental resolución donde califica que la situación de los negros en América corresponde al de una “una nación oprimida”.
De esta amanera la Comintern se posiciona claramente a favor de la solución justa y por la vía revolucionaria a la situación de los negros en Norte América. Para el organismo internacional de la revolución la cuestión de los negros en América era susceptible de convertirse en una poderosa palanca de movilización del proletariado de color junto a las otras minoría étnicas contra el sistema capitalista blanco en América.
Contrastando con estas avanzadas posiciones de la Comintern el trabajo del PCUSA entre el proletariado de color es aún deficiente. Haywood consideró que el origen de estas deficiencias en el seno del Partido del trabajo eran debidas al vacío teórico existente sobre el problema histórico del racismo en los Estados Unidos. Llegando a la conclusión que sin una base teórica previa el Partido no podría ejercer su papel rector en las luchas del proletariado de color.
Haywood se embarca en un trabajo teórico que compagina con sus estudios para completar su formación marxista-leninista y su trabajo en la Comintern. Fruto de este profundo esfuerzo teórico, Haywood consigue sentar las bases conceptuales que permitirán al Partido llevar a cabo unos planteamientos correctos sobre la situación de los Americanos Africanos en los Estados Unidos. Una de su principales aportaciones teóricos que irá modelando a lo largo de los años, serán las conocidas como “Tesis del Cinturón Negro” que precisaban el hecho diferencial de la situación social, cultural, política, etc. de los afroamericanos del resto del país, llegando al extremo de constituir la base para la reivindicación del acceso a un territorio propio y por tanto al derecho a la autodeterminación para una Nación Negra en los propios Estados Unidos.
Estas tesis bebían directamente del bagaje leninista sobre las naciones colonizadas y oprimidas, asimilando los negros americanos no a una etnia oprimida sino a un grupo nacional oprimido por el sistema de dominación suprematista blanca, como forma específica de dominación capitalista en América del Norte.
Haywood regresa a los Estados Unidos a principios de 1930 y ocupa altos cargos dentro del Partido Comunista Americano, siendo miembro de su Politburó de 1931 a 1938. Continúa con sus labores teóricas sobre la cuestión de la liberación de los negros en América y participa de las luchas políticas del momento en su interior, en contra del fraccionalismo en el partido de figuras como Jay Lovestone, Benjamin Gitlow, Bertram Wolfe o Charles Zimmerman. De esta manera Haywood continúa de manera coherente con la línea adoptada en la URSS, cuando ya se había posicionado contra las fracciones antipartido de la llamada Oposición de Izquierdas (Trotsky) y de Derechas (Bujarin).
En el ámbito de la lucha por la ampliación de los derechos civiles de los afroamericanos es escogido líder de la Liga de la Lucha por los Derechos de los Negros, una organización de masas contra el suprematismo blanco. En 1931 participa de la organización de una huelga minera en Virginia del Este. En el mismo año participa de las movilizaciones por la libertad de los jóvenes mineros negros de Scottsboro acusados injustamente y condenados a muerte. Haywood se planteará esta última movilización como una cuestión que afecta por igual a trabajadores blancos y negros como parte de una misma clase trabajadora.
En el 35 participa en la campaña “Manos fuera de Etiopía” de solidaridad con el pueblo africano de Etiopía que estaba padeciendo la campaña de invasión colonial de los fascistas italianos. En el 37 se enrola en el Batallón Abraham Lincoln de las Brigadas Internacionales para participar en la Guerra Civil Española.
Para él la lucha por la República en el Estado Español era un frente de batalla más, en el amplio contexto de lucha contra el fascismo que se estaba incubando en Europa y Asia. Él y los otros 3.000 voluntarios que formaron parte del contingente americano de los Batallones Lincoln y Whasington participaron en la heroica defensa de Madrid.
Haywood fue el único miembro del Politburó del Partido Comunista Americano que participó en la primera línea del frente pero a su vuelta tuvo que vérselas con la nueva línea impuesta por el Secretario General del Partido Earl Browder que practicaba una mal entendida línea de colaboración interclasista en el marco de la estrategia de Frente Popular antifascista.
A finales de los años 30 la línea del Partido Comunista era la de un colaboracionismo de clase, donde la función del Partido no debía pasar de ser capaz de congregar a su alrededor a la clase trabajadora y a los elementos progresistas de la pequeña y mediana burguesía representada políticamente por centristas y liberales pero cediendo la hegemonía política a estos últimos. De esta manera la clase trabajadora tenia que ir en el furgón de cola de un tren conducido por sus, en ultimo termino, enemigos de clase. Esta línea revisionista y errática de Browder (que entre otros actos políticos llegó a promover la liquidación del Partido en el año 44) se hizo del todo patente a partir de las tesis sostenidas por Kruschev en el XX Congreso del PCUS.
Haywood opuso a esta deriva revisionista la necesidad de establecer claramente la hegemonía del Partido Comunista en el Frente Popular. El Partido tenia que ser capaz de aglutinar en un amplio frente de masas a toda la clase trabajadora de los Estados Unidos, ya fuera blanca o negra o de cualquier otra etnia, en la lucha contra el sistema de opresión del capitalismo monopolista segregacionista y ostentar la dirección política en una línea progresista que fuera sumando fuerzas para la ruptura revolucionaria.
Admirador de la Revolución China, tomó partido por las tesis chinas en la disputa xino-soviética. Criticó las nueva líneas de coexistencia pacífica y de colaboración parlamentaria de los PC, sostenidas por la camarilla revisionista del PCUS en el XX Congreso.
Fueron estos los años en que Haywood escribió sus principales obras. En 1948 “Negro Liberation” con financiación del artista Paul Robetson, y en el 57 “Por una posición Revolucionaria en la Cuestión Negra”. Libros donde vuelve a defender sus tesis sobre la necesaria conjunción de lucha anti-capitalista con el fin de la segregación racial y el derecho a la autodeterminación de los negros americanos.
Estos intentos no pudieron frenar la deriva del PCUSA que se hallaba inmerso en la tarea de remover todos los principios del período anterior al XX Congreso, incluyendo las resoluciones de la Comintern sobre la cuestión de los afroamericanos. Haywood acabó siendo expulsado bajo la acusación de “dogmático” y “sectarismo izquierdista” dos de las típicas acusaciones de los jruchovistas para todos aquellos que mantenían una línea consecuente con la línea revolucionaria mantenida hasta ese momento por el Movimiento Comunista.
Ya fuera del Partido continuó su militancia política pero ahora por la reconstitución de un Nuevo Movimiento Comunista en Norte América. Adoptando una postura crítica e independiente Haywood supo captar las potencialidades revolucionarias de los alzamientos de las masas negras en los veranos del 1965 y el 1968, así como siguió escribiendo sobre el nacionalismo revolucionario negro.
Su actividad teórica y militante posterior a su expulsión del PCUSA, en especial su autobiografía “Autobiografía de un bolchevique negro” así como escritos entorno a la reconstitución del Partido Comunista sobre bases revolucionarias, tuvieron un impacto directo en multitud de colectivos y líderes negros surgidos al calor del nuevo ciclo de luchas de los años 60 y 70 en lo que se vino a conocer como Nuevo Movimiento Comunista. Sobre las bases teóricas de Haywood se fundó entre otros colectivos revolucionarios la Liga de los Trabajadores Negros Revolucionarios, el Movimiento Sindical Revolucionario y para la reconstitución del Partido organizaciones como la Liga Octubre, embrión de lo que después fue el Partido Comunista (Marxista-Leninista).
Este espacio político de efímera e intensa vida política contribuyó a difundir las ideas de Haywood sobre el nacionalismo revolucionario negro y la lucha contra el revisionismo moderno. De esta manera Haywood fue el hombre puente entre la anterior generación de luchadores comunistas y las nuevas generaciones de activistas por la liberación social y nacional de las minorías étnicas explotadas de los EUA.
Sus tesis sobre “el cinturón negro” sirvieron para el desarrollo ulterior de los nuevos estudios desarrollados en los años 60-70 sobre el Movimiento de Liberación Negro y el concepto de “colonias internas” que adoptarían grupos revolucionarios tan destacados como las Panteras Negras. De esta manera la vida y la lucha de Haywood demostraron su fecunda valía para las nuevas generaciones de luchadores negros revolucionarios.
Harry Haywood fue un gran luchador comunista por los ideales de la revolución proletaria mundial, en lucha contra el racismo, el fascismo y el sistema de explotación económica que los sustentan. Luchador infatigable supo estar al frente de las principales batallas que se libraron en el seno mismo del Movimiento Comunista contra el fraccionalismo y el revisionismo, las dos principales tendencias anticomunistas modernas.
Su propia vida es el legado imperecedero de una adhesión inquebrantable a los principios del marxismo-leninismo. En un momento de desconcierto ideológico como el actual los comunistas tenemos el deber de recuperar a figuras como Harry Haywood del olvido y del intento de reconstrucción del pasado en favor de unos intereses ajenos a la clase.