El vehículo que veis en las imágenes hasta hace poco tiempo solo podía contemplarse así: en fotos. Todos los ejemplares habían sido destruídos, y el automóvil sólo se podía contemplar en los archivos automovilísticos de la ex-Unión Soviética. Fue el primer coche ruso en establecer un récord de velocidad, antes de la Segunda Guerra Mundial. Hace un año los esfuerzos de entusiastas del motor lograron, finalmente, recuperarlo basándose en el original y rehaciéndolo fielmente, reconstruyéndolo por completo...
La historia de este modelo parte del proyecto que se denominó GL-1, y se construyó la primera unidad en 1938 tomando como base un modelo M-1 de GAZ, reduciendo su peso y preparando su motor, logrando ganar 15 CV. La segunda generación se fabricó en 1940, montando un motor de 3.2 litros con tres carburadores, alcanzando entonces los 100 CV de potencia (la versión anterior tenía 65 CV). Si el primer modelo consiguió alcanzar los 147 km/h, esta segunda versión logró llevar a su piloto por encima de los 161 km/h.
La primera versión era de techo descubierto (podeis verlo en las imágenes), pero la segunda tenía una aerodinámica cubierta (con un frontal curvo también en el parabrisas) que le daba el impresionante y fantasmal aspecto que veis. Un año después se lanzó la tercera generación, intentando superar con él el record de velocidad. Pero la falta de interés por este tipo de carreras hizo que se destruyeran todos los prototipos existentes.
Y ahora volvemos al principio: en el año 2006 Alexander Bushuyev decide reconstruir este fantástico vehículo partiendo de numerosas fotografías e imágenes de época, para ser lo más fiel al original. El trabajo le llevó nada menos que 4 años de investigación y desarrollo, pero el resultado que veis merece la pena. Para hacerlo partió, como en el original en los años 30, del mismo modelo GAZ M-1. Gracias a él se puede disfrutar de esta pieza de museo en vivo y públicamente.
Más imágenes del GL-1 (pinchar para agrandar):
Tomado de Motorspain