Tras siete años de reconstrucción, el monumento soviético “El Obrero y la Koljosiana” regresó el pasado 28 de noviembre a su lugar habitual en la entrada del Centro de Exposiciones de Rusia, en Moscú, donde había permanecido durante más de medio siglo. El emblemático monumento, obra de la célebre escultora Vera Mújina, fue creado para el pabellón soviético en la Exposición Mundial de París de 1937.
Las obras de montaje comenzaron poco después del amanecer. Según los moscovitas que madrugaron para verlo, se trataba de un acontecimiento histórico, por lo que muchos de ellos no dudaron en inmortalizar el momento con las cámaras de sus móviles.
La altura total del monumento con el pedestal es de unos 60 metros lo que equivale a un edificio de 18 plantas.
Tomado de RIA Novosti